viernes, 30 de diciembre de 2016

Especiero Artesanal con Historia

Cuenta una antigua leyenda que existían adorados aceites que o bien ingeridos o puestos sobre la piel milagros hacían. Por aquella época también usaban plantas que contribuían al bienestar y mejoría de aquellos que padecían alguna enfermedad.

Hace muchos años, en un pueblo al noreste de Extremadura, encontraron una humilde pero bella cuchara, tallada en madera de roble, dentro de un especiero tan bonito ,que muchas de las gentes del lugar, se quisíeron llevar sin avisar, para poder cocinar, en su casa al llegar. El susodicho especiero era tan demandado porque contenía aceites aromatizados con hierbas de todo tipo y condimimentos muy valorados. 


Especiero artesanal. Rústico.


                                                         
  "Aquel aceite era muy singular "



La gente del pueblo al enterarse de dicho suceso, empezaron a cuchichear tras las esquina del lugar, contando historias sin parar. Un día como hoy, a una mujer se le escuchó cantar la siguiente historía al reencontrarse con su cuchara y especiero tan peculiar:


Cuchara tallada en roble, personalizada

Con mi cuchara
yo remuevo 
y remuevo
y al mundo entero
ayudo con un poquito de romero.

Con mi cuchara yo remuevo mi puchero
y de comer doy
al mundo entero.
Dicen que  salió de una silla de familia adinerada
 que al cocinar
dorados toques daba.

De ahí, que con el tiempo
toda la gente del pueblo,
a su casa fueron a comer
eso ricos pucheros que hacían enloquecer.




domingo, 20 de marzo de 2016

El nuevo amigo de Calcetines

Ilustración Elena Rojo

Era llamativo por sus colores y sonrisa, una sonrisa un tanto escalofriante, salía de una caja propulsado por un muelle que en vez de sorprender, más bien asustaba y hacia llorar a los más pequeños que abrían esta caja sorpresa.

Al ver que el juguete no tenía éxito, el dependiente decidió regalarlo, pero nadie lo quiso.


- Lo donaré , seguro que hay alguien que lo valora tal y como es - 
.

El Gato Loco llegó sin saber cómo, hasta las manos de un ratoncito muy listo llamado Calcetines.
Atraido por su sonrisa pensó......
- Que sonrisa tan divertida, me siento muy solo en mi guarida, podría llevármelo conmigo -

El ratón giraba la manivela que hacía salir al Gato una y otra vez, pero el Gato pasado un rato se quedaba inmovil y no decía nada, sólo sonreía.  Calcetines dudoso sobre si llevarse el juguete o no, pensó que lo mejor era regresar a su pequeña madriguera y allí decidiría que hacer.
Al día siguiente regresó al lugar donde estaba aquel juguete, cual fue su sorpresa al ver que el Gato no sólo era un juguete si no que estaba cazando un ratón que cruzaba la calle.

!!!!  Ay madre !!!! que hubiera sido de mi si lo hubiese llevado a mi escondrijo...... 
 Justo en ese momento el ratón decidió irse de allí cuando derrepente..... escuchó un sollozo, unos lamentos entre lágrimas y maullidos....

Calcetines le preguntó, (no sin antes alejarse la distancia justa para que el Gato no pudiera atraparlo): -¿ Gato, por que lloras así ?-

A lo que el Gato contestó:

Antes era un Gato libre, era el rey de la calle, vagaba por todas las calles de la ciudad como si fueran mías, pero alguien decidió encerrarme en una caja, pintarme la cara, y ponerme un muelle cual correa, encerrándome para siempre dentro de esta caja.

- Estoy sólo porque nadie quiere estar cerca mía, no puedo moverme porque me han encerrado en una caja, y para más desgracia también asusto a los más pequeños. Cuando era libre los más pequeños sólo quería acariciarme, cogerme, darme comida...ahora me ven y se asustan, gritan y me tiran al suelo- 

El ratón tubo una idea que quiso compartir con el Gato.
- Qué te parece Gato si hacemos un trato? 
- Yo en mi pequeña guarida me aburro mucho, tengo comida de sobra y herramientas con las que poder quitarte ese muelle-correa-

- El trato es el siguiente, yo te ayudo a ser libre de nuevo si no me comes y me visitas todos los días- .

El Gato aceptó y desde ese mismo día Calcetines se ganó su respeto y un amigo nuevo.



 
 

 

Calcetines haciendo amigos

Ilustra Elena Rojo